Una vez alcanzada la madurez fenólica de las uvas procedieron a su recogida y encubado. Mediante una maceración, prefermentación y posterior fermentación a unos 25ºC se extraen los taninos y aromas que conforman la personalidad de este vino. Tras realizar la fermentación maloláctica el vino gana en suavidad, permaneciendo después en barrica de roble americano durante 12 meses. La barrica le aportará estructura, estabilidad y aromas propios de la madera. Finalmente reposará en la botella durante 6 meses para redondear antes de salir al mercado.
Este crianza sigue siendo un fiel reflejo de esta tierra. A destacar su primer paso sensorial, limpio y brillante, con un color rojo granate de capa media. Aromas a frutos rojos y especias aromáticas con algún toque mineral que tanto les caracteriza. En boca se aprecia su frescura y estructura fenólica, con un tanino amable nada astringente que te llenará la boca. Su retronasal es fiel a su fase olfativa, con fruta roja madura y agradable.